lunes, 14 de abril de 2008

Esperanza Aguirre

Discurso de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre política nacional. Se ha dicho que es un discurso histórico en la actual situación de España. Veamos.

Además de un prólogo liberal (ella ya lo era en 1985), el discurso se compone de tres partes. En la primera hace un diagnóstico exacto del resultado de las recientes elecciones. El PSOE ha ganado porque con algunas de sus medidas de la pasada Legislatura se ha sabido atraer a muchos
votantes nacionalistas o de IU. Parecería lógico, ante ello, que parte de los "votantes moderados" se hubieran ido al PP. Esto no ha sido así, o lo ha sido en un porcentaje insuficiente. ¿Por qué? Porque el PSOE ha logrado dar una imagen del PP como "nasty party", partido "antipático, anticuado", muy de derechas. Pone dos buenos ejemplos. Gracias a la oposición del PP a la Ley del Matrimonio Homosexual, aparece como un partido homófobo; gracias a su oposición a la Ley de Memoria Histórica aparece como un partido franquista; esto es tremendo e injusto, pues -dice la conferenciante- no es ni una cosa ni la otra.

En este primer apartado hay que reconocer la habilidad del discurso. Dice que, para evitar esto (y aquí viene el primer reproche implícito al líder Rajoy) el PP debería haber entrado "a fondo en el debate ideológico" de ambas cuestiones, lo cual -me parece- es no decir nada. ¿Debería el PP haberse abstenido o votado a favor para no parecer homófobo y franquista? ¿No habría con ello violado los sentimientos y las ideas más profundas de buena parte de sus 10 millones de votantes? ¿Debería haber votado en contra -como lo hizo- pero explicándolo de otra manera? De la lectura atenta de esta primera parte no puedo deducir la respuesta. Lo que sí que está claro es que "son dos ejemplos de las trampas que nos han tendido" y en las que el PP ha caído de cabeza.

La segunda parte es la que ha tenido más éxito mediático, por su contundencia. Por 14 veces, Aguirre proclama que "No me resigno". 9 de los "No me resigno" se refieren a problemas del Partido Popular (de imagen, de falta de ideas, de falta de poder) y los otros 5 a problemas de España (política internacional, nacionalistas, educación, agua y Justicia). La repetida frase es poderosa, fuerte, pero mucho más si se usa en primera persona del singular: "YO", contrapuesta a OTROS que parece que sí que se resignan a esas 14 cosas (y a otras muchas más). No es difícil adivinar que esos OTROS son Rajoy y los que han dirigido el Partido y el Grupo Parlamentario durante estos años. Este reproche velado queda más claro en el "No me resigno" 7º, "No me resigno a que el Partido Popular no dé las batallas ideológicas y [no] sea capaz de ganársela a los socialistas", y en el 14º, "No me resigno a no desmontar todas las trampas ideológicas que nos tienden nuestros adversarios".

No como otros, parece querer decir.

De esta astuta ambigüedad (¿está riñendo a los otros o no?) deriva una no menos ambigua conclusión: "Estoy en el Partido Popular dispuesta a dar la batalla", sin que quede claro (al menos para mí) si se refiere a la batalla interna (contra Rajoy) o a la externa (contra los socialistas).

En fin, la tercera parte es una breve apología del liberalismo del PP y una llamada a aprovechar el Congreso para renovarse, sin decir claramente lo que todo el mundo esperaba de ella: si se va a presentar o no.

La solución, en pocas semanas.

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