domingo, 1 de marzo de 2009

Junta de vecinos

Junta de vecinos de mi comunidad de propietarios (somos casi 60 familias).

No sé cómo será en Argentina o en Chile. En España, donde casi todos vivimos en edificios de pisos, cada portal es una comunidad de propietarios, con personalidad jurídica, que gestiona los elementos (escaleras, ascensores) o los problemas comunes. Es, diríamos, como una pequeña sociedad dentro de la gran sociedad de la ciudad, con lo peor y lo mejor de la vida social. Estas comunidades tienen un presidente, uno de los vecinos, que va cambiando cada año, por rotación o por elección, y a veces (como en el caso de la mía) tienen un administrador, un señor contratado que gestiona los temas complicados. Al menos una vez al año los vecinos se reunen en Junta, que es como el parlamento de la casa.

He aquí que este año pasado he sido (por rotación) el presidente de mi comunidad, y que como soy de natural cobarde fui atemorizado a la Junta de vecinos. Por un lado, digamos (por decirlo piadosamente) que no tuve suficiente valor para cortar ciertos gastos fuertes que me propuso el administrador; por otro, que para el año próximo se prevén tantos gastos que la cuota mensual ha de subir un 10%, lo que es una barbaridad, y más aún en tiempos de grave crisis económica. Por ello, fui pensando que los vecinos me montarían una gran bronca: por los excesos pasados, por los excesos futuros.

Ahí arriba, desde el estrado, viendo hablar a los vecinos y contestar al administrador, que estaba a mi lado, comprendí bien la miseria de la democracia moderna y del ciudadano contemporáneo. Se les mandó un dossier enorme con los gastos realizados y con las partidas futuras, pero en vez de fijarse en los temas importantes, todo se rebajó a hablar de bobadas: que si en tal pintura se usó barniz o no, que si el uniforme del portero se compró en esta tienda o en la otra, que si la luz está encendida mucho o poco tiempo, ... Lógicamente, el administrador manejó el asunto perfectamente, y todo se aprobó por aclamación. Qué alivio. Me sentí muy identificado con el presidente Zapatero, ese gran maestro del despilfarro y la manipulación de la gente.

Vanidad de vanidades: los vecinos me pidieron que siguiera un año más, y no supe decir que no, como llevaba decidido.

Y, en fin, el punto más importante: propuse regalarle al portero un reloj por 25 años de servicio, cosa a la que no me atreví a decidir yo solo hace meses, como ya conté. Todos los vecinos lo apoyaron, con entusiasmo. Cuando se lo comuniqué al día siguiente al portero, un hombretón de 60 años, se puso a llorar, emocionado, después de tantas humillaciones.

7 comentarios:

alejops dijo...

Qué bueno lo de tu identificación. Y qué final más bonito.
(Ojalá nunca me toque ser presidente)

AleMamá dijo...

Son como pueblos chicos, para bien y para mal. Hay personas que no tienen empacho en humillar al más débil, en este caso, al administrador y es lamentable. Por otro lado, esas personas, de tanto bajar el moño se hacen hipócritas, muchas veces, y falsamente serviles, de otro modo, pierden su empleo.
Me ha encantado lo del reloj, y ya que estás repitiendo el encargo, ¡suerte!

Juan Ignacio dijo...

Acá funciona muy parecido (yo ahora no vivo en edificio de departamentos sino en casa particular). Salvo en casos de edificios muy importantes, las "reuniones de consorcio" se relizan en los halles de entrada y muchas veces "de parado". Anécdotas hay muchas pero lo más común que se oye mencionar es cómo la gente discute de pavadas (esos temas que no son importantes pero que surjen de broncas pro envidias o etc.)

maria jesus dijo...

Enhorabuena Señor Presidente, procura que se te ocurran cosas como el reloj del portero durante este año

Ramón_Lozano dijo...

Lo de ser presidente de comunidad la gente suele tomarlo como un castigo. Está claro que si aceptaste otro año se debe a que no te fue tan mal esta vez. En cuanto a las miserias de la democracia moderna coincido contigo en que lo que parece preocupar a la gente y a lo que más tiempo se acaba dedicando es a las cosas pequeñas, a los detallitos, mientras que los temas importantes se soslayan. Lo del administrados es una buena idea.

Un saludo

ALMA dijo...

Sr Presidente: en mi edificio es igual en lo que hace a la organización del mismo,con una sra. administradora que se ocupa de las cosas domésticas como comprar una escoba o contratar al desinsectador.
Puede conseguir y mandarme un portero igual al de tu edificio? porque el mio le daríamos el premio pero por no trabajar, jajaja


Un beso

Fernando dijo...

Alejops, gracias.

Alemamá, muy bien descrita la prepotencia de ciertos vecinos con los empleados débiles.

Juan Ignacio, felicidades por no tener que soportar juntas y vecinos y administradores.

María Jesús, no fue idea mía, sino del propio administrador.

Ramón, así es, sigo porque no fue una mala experiencia este año, veremos el próximo; y, sí, vi claro cómo se puede manipular a la gente para que vote lo que tú quieres.

Alma, te cambio mi portero por tus vecinos, si es que son más mansos que los míos.