viernes, 20 de marzo de 2009

La ciclista

Algunos días, mientras espero el autobús que me lleva al trabajo, pasa frente a mí una muchacha pálida, subida en su bici, deprisa. Va por el carril más lejano al mío, en sentido contrario al de mi autobús, como si fuera hacia el centro de la capital.

La muchacha ciclista es admirable por dos causas. La primera: que Madrid es una ciudad llena de cuestas, no apta para ir en bici. Esta chica va cuesta arriba, una cuesta suave, pero cuesta, cuesta durante kilómetros y kilómetros, y si quisiera llegar así hasta el centro, hasta la Puerta del Sol, varios kilómetros más, la cuesta se iría haciendo cada vez más fuerte. La segunda: porque va por el carril de los coches lentos. Supongo que la Ley le ampara, pero como muchos coches madrileños van muy deprisa, con ánimo asesino, y se adelantan unos a otros incluso por la derecha y no respetan los stops ni los semáforos, ir en bici es arriesgarse a morir brutalmente atropellada.

Si muere así y se descubre que llevó una vida virtuosa, la podríamos nombrar Patrona de los Sueños Esforzados: porque ni las cuestas ni los otros le asustan para cumplir con su sueño, su sueño de vivir en una ciudad civilizada y llana, como Amsterdam.

6 comentarios:

AleMamá dijo...

Eres muy observador. Tiempo atrás nos contabs de los pasajeros frecuentes del metro, me parece. Me gustan estas miniaturas.
No tenía idea de que Madrid fuera con tanto relieve. Lo imaginaba plano.
Saludos

Anónimo dijo...

Hola, Alemamá. No, Madrid empezó edificándose en una zona elevada, por razones defensivas, como muchas ciudades de Castilla, y creció por los campos de alrededor, que también estaban llenos de desniveles. Es muy agradable para pasear, pero creo que muy costoso para ir en bici.

Rafael G. Organvídez dijo...

Es cierto, Fernando, Madrid es una ciudad con muchas cuestas (o al menos por donde me muevo cuando voy), y la heroicidad de esta chica es doble: el esfuerzo y el peligro de ir en bici en una gran ciudad.
Sevilla, por el contrario, es plana ("Sevilla la llana" dice una conocida copla que cantaba Miguel de Molina) y a ello se debe el éxito de un carril bici que te permite circular por y a través de la ciudad.
Ahora mismo es una gozada pasear por mi ciudad en bici, en primavera, con el olor a azahar que impregna las calles y avenidas. Es un tópico, pero Sevilla tiene ya estos días un color especial. Se avecinan los días del gozo para celebrar la Pasión.
Un abrazo, Fernando.

teka dijo...

fernando!!muchísimas gracias por tu comentario!!me ha animado un monton!sip eres mi protolector!!jeje
me encomendaré aesa patrona en bicicleta para que el blog siga adelante un saludo
teka

maria jesus dijo...

Fernando, no me cuentes, tengo un hijo ciclista por Madrid, se aficionó cuando estuvo en Munich con una beca Erasmus.

Lo peor es que fuí yo quien le regaló la bici.

Fernando dijo...

Rafael, qué envidia, ahora que ya hablamos todos del viaje de Semana Santa, me acuerdo mucho de tu ciudad, en la que estuve hace un año, viendo las procesiones.

Teka, guapa, me alegro mucho de volver a leerte, ahora me paso por el tuyo, a ver qué haces.

María Jesús, eso sí que tiene delito, yo no me atrevería a que alguien cercano a mí la usara por estas malditas calles.