viernes, 26 de febrero de 2010

Dolores y cruces del juez Baltasar Garzón

Tú, que pasas por este blog, párate y mira cómo viene el juez Baltasar Garzón, eccehomo sin Dios, cargado con tres cruces, con tres dolores que le han echado encima sus compañeros jueces, ya era hora, una cruz por cada pecado, un dolor por cada barbaridad, mírale en viacrucis por el Madrid cuaresmal, a ver si al menos una sale adelante y le echan, lejanos quedan ya los tiempos de fama mundial en que con un papelito retuvo durante semanas al General Pinochet en Londres, hasta que la Cámara de los Lores acabó con la comedia.

Primer dolor: vendrá a juzgar a vivos y muertos

El juez Baltasar Garzón monta un aquelarre para juzgar por la Guerra Civil al Generalísimo Franco y a sus primeros ministros y generales. Para ello crea una fantástica ficción, a lo mejor los muertos de la Guerra no están muertos, a lo mejor los desaparecidos de la Guerra no están desaparecidos, a lo mejor 70 años después vuelven a sus casas, qué susto. Sus colegas de la Audiencia le informan de algo asombroso: Franco y sus primeros ministros y generales murieron hace mucho, no se les puede juzgar ya. El juez Baltasar Garzón trocea el sumario y lo reparte por varios tribunales, a ver si se ponen a revolver los campos de toda España en busca de huesos y calaveras.

Segundo dolor: el caso del banquero generoso

El juez Baltasar Garzón dice a sus colegas que se va unos años a estudiar a Estados Unidos, pero una vez allí se dedica a dar cursos (pagados) y conferencias (pagadas). El juez Baltasar Garzón manda una carta al mayor banquero de España, firmada como "juez Baltasar Garzón", para que no quepa dudas, y le pide que subvecione uno de esos cursos con 300.000 dólares, fabulosa cantidad. El banquero accede, no sabemos si por amor a la cultura o porque tiene una grave causa pendiente en el juzgado del juez Baltasar Garzón. Acabada su estancia en Estados Unidos, el juez Baltasar Garzón vuelve a su tribunal y, sin mayor investigación, archiva la causa que tenía pendiente su benefactor.

Tercer dolor: el caso del abogado susceptible

El juez Baltasar Garzón monta un nuevo aquelarre, éste contra gente del partido de la oposición, el Partido Popular, se trata de demostrar que todos sus jefes son corruptos, a ver si con suerte Zapatero se queda ahí para siempre. El juez Baltasar Garzón autoriza a que se espíen y graben las conversacione entre varios abogados y sus clientes detenidos, cosa gravísima que la Ley española sólo permite (con matices) si los delitos cometidos son de terrorismo. Lo grabado es usado luego en los interrogatorios y en las pruebas, y junto al resto del sumario desborda de la Audiencia Nacional y sale por periódicos, radios y teles, pese a ser secreto. Para vergüenza del Partido Popular -el perjudicado por el aquelarre- y del Colegio de Abogados, no son ellos los que mueven la querella, sino uno de los abogados espiados.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Penitencia cuaresmal

Renuncio,
sin pena,
al vino blanco,
a los caramelos,
al ascensor de casa,
al postre de aguacates,

pero no,
ni una sola vez,
a los tres cafés,
a la lectura de los blogs,
a la ventana del autobús,
a las tertulias de la radio.

lunes, 22 de febrero de 2010

La nueva parada

Al anochecer iba en el autobús una chica vulgar. Durante el viaje hizo cuatro llamadas por su móvil (celular) y contó la misma historia:

"Hola, tía, soy yo, te llamo con una noticia, tía, me acaban de despedir, hoy mismo, sí, tía, ella está loca, ya lo sabes, tía, todo el mundo lo sabe, hasta ha dejado a su marido, tía, se me acercó para pegarme, tía, me levantó las manos y yo le dije cómo me toques llamo a la policía, ¡a la policía!, tía, ella se asustó, se paró, se fue y volvió con un papel, tía, estás despedida, firma aquí, yo le dije yo no firmo nada sin informarme antes, tía, ella me dijo si no firmas no cobras el paro, yo le dije vengo mañana y mañana te lo firmo, tía, ella me dijo no quiero aquí ni parejas ni padres, yo iré mañana con quien me dé la gana, tía, será hijaputa, yo iré mañana con quien me dé la gana, así que ya sabes, tía, el próximo día que vayas al paro me llamas y vamos juntas y tomamos un café, tía, venga, chao, un beso".

El tono de la narración era alegre: parecía que trabajar es una desgracia y caer en el paro una suerte. Sólo una de las cuatro veces, cuando la otra le preguntó algo, se quebró, se puso a llorar, metiendo la cara en la mano libre:

"Aún no se lo he dicho, tía, y me jode me jode me jode tener que decírselo a papá, él me dirá ya te lo dije ya te lo dije, me jode tener que decírselo y que me diga ya te lo dije, tía, y me jode que tenga razón, tía".

Se bajó ante que yo, mientras marcaba la quinta llamada.

viernes, 19 de febrero de 2010

Vanidad

Vanidad de vanidades, y todo es vanidad , dice el Eclesiastés.

Ayer fue la Junta de Vecinos de mi casa. Hace dos años me tocó ser Presidente, y al vencer el plazo me propusieron seguir un año más y acepté. No me movió a ello el afán de servir a los demás, sino la simple vanidad, el deseo de ser importante, de ser el jefe de algo, aunque fuera de mi Comunidad. El puesto es cómodo porque la casa funciona bien, con un Administrador [Secretario] eficiente, sin graves problemas entre los vecinos.

Este año ya no quería seguir. No es que en estos meses me haya vuelto más humilde, justo es al revés, sino que la casa está cometiendo una irregularidad administrativa por la que puede ser multada, y yo no quería ser responsable de eso; tampoco tenía valor para corregir esa infracción. Así que decidí no seguir por un 3º año. Pero, desde luego, quería que me lo pidieran, que dijeran algo del tipo "oh, ¿cómo no vas a seguir, con lo benigno que ha sido tu pontificado?".

Quería ser valorado.

Ya me extrañó que, en los días previos, el Administrador [Secretario] no me dijera nada, pese a que me he portado muy bien con él durante estos dos años, apoyándole frente a los vecinos e interesándome por sus propuestas. Pero guardó silencio.

Ayer, en la Junta, cuando llegó este punto del orden del día, el Administrador informó escuetamente de a qué vecino (vecina) le tocaba ser Presidente a partir de ahora. Se montó una pequeña discusión sobre si la nueva (que no estaba presente) era simpática o no, y luego se siguió con el resto del orden del día.

Nadie me dijo nada.


Hay algo ridículo en esto. Quizá si yo estuviera casado y tuviera 8 hijos y temiera ser despedido de mi empresa privada todo esto diera igual, pero como no se dan ninguna de estas circunstancias, dí importancia a este tema, sin querérsela dar.


Tras la Junta, cuando volvía hacia casa, hacía frío, un frío terrible. Tuve que abrigarme bien.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Liga: 22ª jornada (milagro y miedo)

El milagro lo puso el Barça, que ¡por fin!, tras 21 jornadas sin perder, lo hizo frente al Atlético de Madrid, el equipo pobre de mi ciudad. El Real Madrid ganó y se puso a sólo dos puntos del equipo catalán, esto es importantísimo: incluso si el Barça no perdiera ningún otro partido de la Liga, aunque sólo empatara o ganara como hasta ahora, bastaría con que el Madrid ganara un partido más que el Barça y mejorara su golaverage para que ganara la Liga.

¡Viva Pellegrini!, ¡viva Guti!

El miedo lo pone mi equipo, el Deportivo de La Coruña. En el último partido de la primera vuelta, jornada 19ª, Luis Filipe quedó gravísimamente lesionado, baja por varios meses. Desde entonces, todo ha ido mal: el Depor perdió en casa con el Real Madrid, empató con el Málaga y perdió con un equipo mediano, el Español de Barcelona. Al menos, este domingo hubo suerte: el Athletic de Bilbao perdió frente al Villarreal. De no haber sido por eso, mi equipo habría caído a la 7ª posición, tras estar desde hace meses entre la 4ª y la 6ª.

¿Y eso importa? ¡Mucho!, porque sólo los seis primeros juegan al año siguiente una de las Copas europeas. Los lectores viejos de este blog recordarán -o quizá no- mi angustia del final de la Liga del año pasado, cuando hasta la última jornada el Depor hubo de estar luchando entre la 6ª y la 7ª plaza: quedó el 7º, fuera de Europa.

¿Volvemos otra vez a esa angustia? El próximo fin de semana jugamos en casa con el último de la tabla, el Xerez, que no ha ganado un solo partido como visitante. Esperemos que sea la ocasión para tomar impulso y separarnos, de nuevo, del Athletic.

viernes, 12 de febrero de 2010

Jordi Pujol (y II)

Leo la segunda parte de la autobiografía del político Jordi Pujol, relativa a sus trece primeros años como presidente de la Generalitat (el gobierno regional de Cataluña): 1980 a 1993. Comparada con la primera, esta parte es pesada como un balance de gestión de una empresa, sector por sector, y además es propaganda: al acabar el libro, se puede decir lo mismo que en el Génesis, y vio Dios que todo lo creado era bueno.

Es curioso, pero el tema al que más importancia da (por número de hojas y de capítulos) no es nada relativo a su obra de gobierno, sino al escándalo de la Banca Catalana. Este banco fue fundado por él y otros amigos en los años 60, aún bajo el régimen de Franco, y tuvo un rápido crecimiento, que narró en la primera parte de la autobiografía. Le preocupa dejar claras las cosas porque -explica- él es un hombre de honor, y fue muy injuriado en aquella época. En los años 70 el banco entró en crisis, hubo de ser intervenido por el Banco de España, liquidado y vendido a otro banco (el de Vizcaya). Dice que la crisis de la Banca fue la normal en los demás bancos españoles, pero oculta que el Banco de España hubo de poner muchísimo dinero (cosa que no ocurrió con otros) y, sobre todo, lo que nos narró en la primera parte: cómo a su oficina llegaba cualquiera, le contaba un buen proyecto y él le soltaba un préstamo, lo que no estoy seguro de que sea una práctica comercial prudente. Echa la culpa de sus males a una campaña de difamación del diario El País y de Televisión Española, ya en manos de los socialistas de Felipe Gónzalez.

Tras la intervención, la fiscalía presentó una querella penal contra él y todos los directivos del banco por los delitos de apropiación indebida y falsedad en documento mercantil. Deja claro que todo era un ataque no contra él, sino contra Cataluña, por supuesto, por no haber puesto de presidente de la Generalitat a un socialista. Tras la famosa escenita del balcón del Palau todo quedó sobreseído.

No da mayor importancia a la medida más monstruosa de sus años de presidencia, la inmersión lingüística, es decir, la obligación de que las clases en los colegios catalanes sean en catalán, nunca en castellano. Le parece una cosa evidente que esto tenía que ser así, sin mayor explicación, y dice que de no haberlo hecho, de haber mantenido una red de escuelas en catalán y otra en castellano, los resultados habrían sido catastróficos, aunque no los detalla. / Es mucho más divertido (aunque él lo cuenta serio, claro) lo relacionado con TV3, la tele pública que fundó la Generalitat para que la gente aprendiera catalán (entre otros objetivos): se lamenta de que los locutores no siempre hablaban un catalán puro, a veces estaba contaminado de castellano, y por ejemplo usaban el insulto "gilipollas", así, en castellano. ¡Qué vergüenza!: con el paso de los años, todos los catalanes han pasado a usar este insulto, cosa que antes no ocurría, mientras que si esos locutores hubieran insultado en catalán (propone: saltataulells, carallot, gamarús, ...) ahora todos, incluso los castellano-parlantes, los usarían.

Aunque no fuera competencia suya, aborda el tema del aborto. Como católico se declara contrario a él, y denuncia la vileza y la frivolidad de Rodríguez Zapatero, que ha planteado la ampliación de la Ley para que no se hable de la crisis económica. Muestra su admiración por algunos políticos socialistas que hicieron cuanto estuvo en su mano para que no se aprobara o ampliara en sus países (el español Félix Pons, el portugués Antonio Guterres o el uruguayo Tabaré Vázquez) y cuenta cómo él recomendó a gente que le pedía consejo que siguieran adelante con el embarazo, a que se atrevieran a tener al niño, incluso en un caso de síndrome de Down. Por todo ello, me resultó extraño y doloroso que contara cómo un matrimonio católico fue a pedirle consejo, pues el niño iba a nacer con una deformación monstruosa (anencefalia), y él les recomendara abortar, como así hicieron.

En fin, hablando de las dificultades que tuvo en la Unión Europea para montar la Asamblea de las Regiones de Europa, dice una frase genial, que merecería ser estudiada en todas las facultades de Ciencias Políticas: "Doctrinalmente, ni los socialistas ni los liberales habían sido muy partidarios de la ARE. Sostenían que sólo existen los derechos individuales, un criterio que en España tiene cada vez más partidarios, tanto en el PSOE como en el PP". Esto le preocupa, claro.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Voluntad, otra vez

¿Nunca te has enamorado de uno de tus posts?

Me acuerdo muchas veces de uno mío, Voluntad, sobre todo cuando no soy capaz de seguir esa línea que he dibujado en el aire.

Cada vez más.

lunes, 8 de febrero de 2010

20 años

Queridos amigos:

Hoy es un día importante para mí, hoy cumplo 20 años como funcionario. Ayer lo celebré con el núcleo duro de mi familia y mis amigos y hoy quiero compartirlo con vosotros, mis blogamigos.

20 años con algunos problemas, con algunas puñaladas increíbles entre compañeros, que me hicieron perder casi toda mi fe en la bondad humana. Es asombroso cómo entre gente que no se juega nada a fin de mes puede haber tanta maldad, tantas ganas de hacer daño innecesario.

Pero también, y sobre todo, 20 años de paz, de tranquilidad, de tiempo disponible, de vivir libre de las angustias que afectan a cualquier trabajador del sector privado, y más ahora, en estos tiempos de ruina española.

20 años de felicidad.



En fin, creedme, Carlos Gardel tenía razón: es un soplo la vida y 20 años es nada.

jueves, 4 de febrero de 2010

La quiosquera

Me complico mucho la vida en mis relaciones sociales, siempre temo decir algo molesto o inconveniente, sobre todo si no tengo confianza con el otro. Mi carácter queda perfectamente reflejado en una frase de la peli Un pez llamado Wanda, algo así como los ingleses tenemos pánico a preguntarle a un viejo amigo por su esposa, a lo mejor nos responde que hace tiempo que le abandonó.

Hace meses cerraron mi quiosco de toda la vida por lo que ahora, los días que quiero comprar el periódico, he de andar varias manzanas (cuadras). El nuevo era atendido por un matrimonio de unos 50 años, amable pero correcto, sin confianzas, como debe ser. Un día observé que estaba ella sola, y como esto se repitió varias veces más, acabé preguntándole por el señor. Ella, siempre tan callada, me explicó durante un rato que él estaba enfermo grave, que tenían que operarle, que luego vendría la convalecencia. Desde entonces, de vez en cuando, preguntaba a veces por él e iba conociendo su evolución: el hombre no acababa de recuperase, qué triste.

Hace dos semanas fui a por El Mundo. El quiosco estaba cerrado con un cartel terrible: "Cerrado hasta el viernes por defunción". Me la imaginé a ella vestida de luto, llorando, y a él en su caja. Me dio pena. Y, rápido, me surgió la duda. ¿Qué debía decirle a ella la siguiente vez? ¿Darle el pésame directamente? No, a lo mejor había muerto otro familiar. ¿Preguntarle que si el cierre por defunción había sido por su marido? Me pareció una pregunta retorcida y teatral.

Tuve la tentación de no volver al quiosco y evitarme así la situación embarazosa, qué apuro. El problema es que, como cada vez se leen menos periódicos de papel, el siguiente puesto más cercano está varias manzanas más lejos.

Al final le eché valor, pensé muy bien la pregunta, fingiría inocencia e ignorancia. Allí estaba ella, ordenando sus revistas.

-Buenos días. Oiga, ¿qué tal sigue su marido?
-¡Mucho mejor! Mire, ¡ya puede venir a trabajar!


Y de detrás del quiosco salió el señor, cargado con una pila de Actualidad económica, mucho más delgado. ¡Qué alegría! Charlé un rato con él, pagué y me fui, muy aliviado.


(Qué extrañas coincidencias. El día antes había leído, en el Evangelio de San Juan, el pasaje de la resurrección de Lázaro, y había sonreído imaginando el terror de los judíos amigos de Marta y María al ver aparecer al difunto resucitado)

martes, 2 de febrero de 2010

En Madrid (y II)

El letrero móvil de la parada del autobús proclama que "El servicio funciona con normalidad", pero llega un 26, lleno, y justo detrás, rozando su cristal trasero, otro 26, vacío.


En el autobús semi-vacío el conductor ve algo por el espejo retrovisor interno y empieza a pegar gritos, "Jefe, jefe, baja los pies del asiento, venga, gracias, jefe", me quedo impresionado, hacía meses que no veía una muestra de autoridad frente a la barbarie.


Paso frente al Ministerio de Igualdad, un edificio oficial hecho en la época de Franco, de estilo totalmente franquista. Me hace gracia (es un decir) la paradoja: ahora lo ocupa una ministra inculta (degeneración de la educación española), que está ahí por ser mujer (degeneración ultra-feminista) y andaluza (degeneración regional), atareada en ampliar el aborto (degeneración ética).


Han puesto una grúa gigantesca para una obra, con una luz roja en lo alto para avisar a los aviones. Cuando por la noche te despiertas y te asomas a la ventana ves una estrella mensajera que en vez de a Belén te guiara a La Habana o a Caracas.