lunes, 29 de noviembre de 2010

Elecciones en Cataluña

Ha habido dos noticias, una buena y otra mala.

La buena, muy buena, es que el actual gobierno de coalición (socialistas, independentistas y ex-comunistas) ha perdido las elecciones. El Partido Socialista saca su peor resultado desde la muerte de Franco y la Esquerra Republicana pierde la mitad de sus votos. Acaban así 7 años de corrupción, sectarismo e incompetencia de izquierdas.

La mala, muy mala, es que han ganado los nacionalistas de derechas, Convergencia i Unió, casi logran la mayoría absoluta. Empiezan ¿otros 23? años de corrupción, sectarismo e incompetencia de derechas.

Hace tiempo yo me hubiera alegrado mucho del resultado, pero ahora ya no. Durante estos 7 años, los de Convergencia han apoyado todas las locuras del gobierno de izquierdas: obligación de exhibir las películas en los cines en catalán, pelear para que Cataluña jugara en las competiciones internacionales como si fuera un Estado, celebración de referéndums municipales independentistas, ... ¡prohibición de las corridas de toros! Soy escéptico sobre que toda esta locura (la rauxa) vaya a calmarse.

El punto folclórico, que nunca ha de faltar entre nosotros, lo han puesto al mandar al Parlament al ex-presidente del Barça, un señor acusado de robo y despilfarro por la nueva directiva. Es lo más parecido a que en Argentina hubiera un Partido del Boca Juniors en la Cámara de Diputados.

En fin, hay un punto muy bueno: esta es una estación más (especialmente dolorosa) del viacrucis de Zapatero hacia la tumba (política), la 4ª tras las elecciones europeas, la derrota en Galicia y el caso Tomás Gómez.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Vísperas

Comienza el Adviento (el domingo),
son las elecciones regionales de Cataluña (el domingo),
voy al teatro (el domingo),
es el Barça-Madrid (¡el lunes!).

viernes, 26 de noviembre de 2010

Rock español

Princesas, de Pereza.

jueves, 25 de noviembre de 2010

La novela del joven rico (y IV)

El joven rico de mi novela tuvo una vida larga y feliz. Se casó con la chica alta de la ciudad vecina, tuvieron muchos hijos que les dieron muchos nietos, como a los patriarcas del Antiguo Testamento. Lejos de Jerusalén y de las revueltas contra los romanos, sus años transcurrieron prósperos y moderados, capítulo tras capítulo.

El joven rico de mi novela nunca se convertiría, nunca se haría cristiano, sería un judío devoto hasta el final, gran lector de los Libros sagrados, cumplidor serio de sus obligaciones. No habría en mi novela un final apologético, como en los libros de romanos que leíamos de niños. Él vería con admiración la conversión de amigos suyos a la nueva religión, quizá ayudara a alguno a huir de la excomunión de los rabinos, pero el hecho de que aquel Hombre, Jesús, hubiera muerto en la cruz le convencería para siempre de que Él no era el Mesías, pese a las historias que circulaban sobre su resurrección, y que hizo bien en no seguirlo.


Y, sin embargo, al final de su vida, ya viudo tras muchos años de buen matrimonio, el Espíritu Santo le rozaría con su ala en el capítulo final. Iría un día a la cima de un monte, a visitar una nueva tierra que comprar, y desde allí vería la puesta de sol del verano, y pensaría en su vida, en su vida tranquila, con desengaños y con alegrías, todo había pasado muy deprisa, de repente era viejo, no había aprovechado tantos años; y pensaría en aquella lejana charla con Jesús que podría haberlo cambiado todo, cómo habría sido su vida si se hubiera atrevido a dar el paso, y en aquel Hombre, distinto a todos los que conoció después.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La novela del joven rico (III)

Han pasado meses, quizá años, desde el breve encuentro del joven rico con Jesús.

Una tarde de marzo pasea por sus campos. El tiempo va mejorando, no hay una nube en el cielo, pronto será primavera. Está contento, sus padres le han arreglado una buena boda con una chica alta de una ciudad vecina. A lo lejos ve a su amigo Esdrás, que estuvo en Jerusalén en la reciente Pascua.

-¿Sabes la noticia? Los romanos mataron a Jesús de Nazaret.

Y le cuenta todos los detalles sangrientos, él pasó por ahí de camino a la ciudad cuando el nazareno ya estaba muerto.

El joven rico se queda triste. Jesús le pareció bueno, sincero, y muchas veces ha vuelto a recordar lo que le dijo en aquella breve charla. Desde luego, evitó volver a verlo. Le apena mucho que le hayan matado, siempre matan a los pobres. Detesta a los romanos, una vez más. La tarde ya no le parece tan bonita.

Y, sin embargo, cuando lleva una hora caminando empieza a notar alivio. ¡Tantas veces se ha preguntado si realmente Él no sería el Mesías! Los milagros, las ideas luminosas, ... Si le mataron, eso significa que al final no era más que un hombre normal, como tantos que ahora hablan y hablan. Siente que todo vuelve a estar en orden en su vida.

Pronto empezará a crecer el trigo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La novela del joven rico (II)

La escena principal de mi novela sobre el joven rico sería, claro está, su conversación con Jesús. Me limitaría a copiar el Evangelio, sin añadir nada, cogiendo los matices de los tres evangelistas: llegó corriendo y se arrodilló (Marcos), Jesús le miró con amor (Marcos).

Este brevísimo capítulo habría sido preparado por dos elementos previos muy importantes. Por un lado, el joven rico ya conocería personalmente a Jesús, le habría visto al menos una vez, aunque no hubiera hablado aún con Él. Yo evitaría cualquier escena de milagros, el interés del joven rico por Jesús debería ser intelectual, religioso, nada de la fascinación por un ciego que ve o un tullido que anda. ¿Qué tal ponerle entre la multitud que oyó el Sermón de las Bienventuranzas? O mejor aún ¿por qué no situarle en la sinagoga de Cafarnaún, durante el discurso tremendo del Pan de Vida? Fuera cual fuera la escena elegida, el joven quedó impresionado y se formó un gran concepto (personal e intelectual) de Jesús.

El segundo elemento en las semanas previas al encuentro sería el desasosiego interior del joven, buen cumplidor (como su familia) de la Ley de Moisés. ¿Quién no ha sentido en la adolescencia que la Misa con la familia, el ayuno de Cuaresma, las imágenes religiosas en el hogar, la bendición de la mesa, eran prácticas formales, insuficientes, sin la plenitud que se supone en la fe viva? Así, el joven, sin dudar nunca de la verdad de todo, debía sentir desde hacía tiempo que su vida se malgastaba, que quizá faltaba algo que ni sus padres ni el rabino de la ciudad eran capaces de señalar. ¿Es que Dios había elegido a Israel sólo para que cumplieran la Ley?

Ahí oyó a Jesús por primera vez y pensó que Él le iba a resolver la confusión.

...

Si difícil es describir la inseguridad previa a la escena, mucho más complejo es desarrollar, en los días y semanas siguientes al encuentro con Jesús, el "se fue triste": quedó deprimido, diríamos hoy. El joven volvería a su tranquila ciudad de provincias, a su vida plácida en el campo, a su casa cómoda: ¿cómo iba a renunciar a todo eso? Hizo bien en ser realista, pero ... Una vez que se convenciera de que hizo lo correcto, volvería el agobio previo, a la sensación de malgastar sus años sin un sentido claro, la evidencia de que había una vida auténtica pero que él no había sido capaz de intentarlo. Había fallado a Dios.

Poco a poco se iría calmando.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La novela del joven rico (I)

Si yo tuviera la energía y la ilusión de los 20 años escribiría la vida novelada del joven rico, el que habla con Jesús sobre la salvación.

El joven rico somos cada uno de nosotros, o al menos lo soy yo: llamados a una vida grande con Jesús pero satisfechos con el simple cumplimiento de la Ley, con evitar el infierno, y a veces ni eso.

La novela empezaría, claro, por la niñez y la adolescencia del joven rico. Debería investigar bien cómo era la vida de los ricos en Israel en aquella época, bajo el Imperio Romano: cómo eran sus casas, cómo era su alimentación, cómo era su vida, cómo era su muerte, cómo eran sus vacaciones, qué les distinguía de los demás judíos. Pondría en mi novela, quizá, que el padre del joven rico era propietario de muchos campos, con ello podría contar en un estilo ameno cómo eran la agricultura y el comercio de los productos. "Un día que Uriel paseaba con su padre junto al bosque de olivos vio a un trabajador que limpiaba el suelo ...".

En el pasaje del Evangelio se aclara que el joven rico cumplió con los preceptos de la Ley desde joven. Esto me permitiría hablar de su formación religiosa y pintar, en tonos simpáticos, la vida espiritual de Israel. A través de conversaciones con sus padres, con el rabino, con sus amigos, se iría comprendiendo el porqué del descanso del sábado, de la limpieza de las manos antes de comer, de la prohibición de comer cerdo. El lector comprendería la lógica y el amor a Dios que había de fondo en todo ello.

Desde luego, el joven rico serían un rico de provincias. Por el Evangelio de Juan sabemos que Jesús subía y bajaba a Judea, a Jerusalén, y por ello el encuentro entre el joven y Jesús pudo ser en cualquier lugar de Tierra Santa. Pero yo me quedaría con la visión, algo esquemática, de los tres primeros Evangelios, en que parece que Jesús -adulto- no fue a Jerusalén hasta la víspera de la Pasión. Sí, en mi novela el joven rico sería un rico de provincias, en Galilea, lejos de la capital. Esta distancia sería un punto importante del libro.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Coincidencias argentinas

Ayer fui a visitar la Iglesia Arzobispal Castrense con el amigo con el que viajé a Marruecos. Nos acordamos del señor de Córdoba, Argentina, que iba en el grupo: en uno de sus visitas a Madrid estuvo en esta iglesia y coincidió con la toma de posesión de un nuevo Arzobispo Castrense. El espectáculo de Cardenales, Generales y la Ministra de Defensa le impresionó.

Hoy, yendo a Misa, un coche tenía una pegatina en el cristal trasero: en grande ponía "Córdoba" y en pequeño "Argentina".

...

Anoche el escritor Juan Manuel de Prada (que prologó un libro propiedad de Juan Ignacio) dirigía una tertulia en la tele. Todos se lamentaban de la pérdida de tradiciones y de valores en España. De Prada dijo que esta preocupación no era exclusiva de nuestro país, y dio paso al vídeo Dégénérations, del grupo canadiense Mes aïeux, uno de los favoritos de Juan Ignacio.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Milagro español

"El Gobierno considera que la reforma de la Ley orgánica de libertad religiosa es conveniente pero no urgente. Además, esa reforma de una ley orgánica que regula un derecho fundamental y la libertad religiosa exige el mayor consenso político y social necesario. (...) No hay una urgencia y una necesidad imperiosa porque en nuestro país, afortunadamente, la libertad religiosa se ejerce sin ningún problema. (...) La preeminencia del principio de la aconfesionalidad del Estado funciona con normalidad. ¿Exige actualización? Sí. ¿Qué quiere el Gobierno? Consenso político y social. Cuando ese consenso político y social entienda que se puede producir, fundamentalmente en esta Cámara, actuaremos en coherencia con el planteamiento de la necesidad de la reforma de la Ley orgánica de libertad religiosa". (El Presidente Zapatero, ayer en el Congreso de los Diputados, posponiendo sine díe la nueva Ley de Libertad Religiosa)

¡Gracias a Dios! ¡He rezado tanto para que se produjera este milagro! ¡He estado tan angustiado!

(En su discurso de investidura de 2008 Zapatero anunció tres Leyes: la del Aborto (ya se aprobó), la de la Eutanasia (ya se anunció hace meses su olvido) y la de Libertad Religiosa; si de las 3 sólo sale 1 el balance es malo pero no pésimo)

Ahora, a seguir rezando hasta el final de la Legislatura (2012): para que Zapatero no vuelva a cambiar de opinión y para dar gracias por este milagro español.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Manuel Pellegrini

Manuel Pellegrini, el compatriota de Alemamá, vuelve a España: ha sido contratado como entrenador por el Málaga, el equipo de la ciudad de Andy.

Al aceptar el cargo demuestra que tiene más valor que los 33 mineros sepultados. El equipo fue comprado en verano por un jeque de Qatar, que tenía un capricho: que el equipo acabara esta Liga entre los 10 primeros y en la próxima (2011-12) estuviera en la cabeza de la tabla, junto al Real Madrid y el Barcelona. Por ahora, las cosas no van como él esperaba: el domingo pasado, tras perder con el Español, el Málaga quedó en el puesto 20º, el último de la tabla. Aquí es donde se llama al chileno, para que haga un milagro similar al que hizo hace dos años con el Villarreal.

Ingeniero Pellegrini, ¡bienvenido y mucha suerte! Si usted me lo permite, quisiera ponerle como ejemplo a mi equipo, el Deportivo de La Coruña, que hace unas pocas semanas ocupaba ese puesto, el 20º, y que con mucho trabajo ha logrado subir al 15º, alejándose de la zona de peligro.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Benedicto en España (y II)

Metáfora española perfecta: en Galicia había una niebla muy espesa cuando Benedicto aterrizó.

En el aeropuerto de Santiago de Compostela fue recibido por los Príncipes. Fue divertido ver a la Princesa Letizia, agnóstica y socialista hasta su boda, agachándose para besar el anillo de Cardenales y Arzobispos. Por allí estaba, muy contento, el Cardenal Rouco, que era Arzobispo de Santiago cuando fue llamado a Madrid, en 1995.

Cruzó Benedicto en su papamóvil los verdes prados gallegos, la ciudad nueva y la ciudad vieja hasta llegar a la Catedral. Saludó al Santísimo Sacramento, saludo a la gente que abarrotaba el templo, saludó a la gente que estaba en la Plaza del Obradoiro, admiró el Pórtico de la Gloria, le pusieron una capita de peregrino (con una concha como la de su escudo), entró por la Puerta Santa, le quitaron la capita de peregrino, bajó a la cripta, rezó ante la tumba del Apóstol, subió, abrazó (discretamente) la imagen, admiró el vuelo del botafumeiro (gran inciensario manejado por varios hombres fuertes), se fue.

(Por la tarde no pude ver la Misa)

...

Al día siguiente Benedicto fue llevado en el papamóvil desde el Palacio Arzobispal de Barcelona (donde había dormido), en la parte vieja de la ciudad, al Templo de la Sagrada Familia que iba a consagrar. Ahí estaban los Reyes, el Presidente del Congreso, el Ministro de Presidencia, el President del gobierno regional, el Alcalde de Barcelona, todas las autoridades menos una, el Presidente Zapatero, que exhibió -una vez más- su bajeza personal y política.

Durante la Misa se realizaron los ritos de consagración del templo, nunca los había visto, me gustaron. El Papa empujó la puerta principal, entregó las llaves al clérigo responsable de la nueva basílica, echó agua bendita, untó con aceite el altar (antes le habían puesto un elegante delantal y unos manguitos para no ensuciar la casulla), mandó a 12 obispos a ungir otras tantas columnas, echó incienso en un brasero sobre el altar (su humo subió hasta las asombrosas cúpulas en forma de girasoles) y encendió la velas del altar. El día era luminoso en Barcelona, el sol entraba por los miles de cristales de colores.

Durante toda la ceremonia se usó generosamente el catalán, un poco más y prohiben el castellano; se salvaron el Padrenuestro (en latín) y el Evangelio y la homilía de Benedicto (en castellano). En ésta, el Papa hizo un hermoso paralelismo entre la construcción del templo que se consagraba, el edificio de la Iglesia y el edificio de la vida espiritual de cada uno de nosotros. Hubo una breve defensa del matrimonio entre hombre y mujer y de la vida.

Tenía gran morbo yo por ver el momento de la Comunión: ¿se acercaría el Presidente del Congreso, pese a haber votado a favor de la Ley del Aborto? No; comulgó de manos del Papa la Reina Sofía, no lo hizo el Rey, y en la fila que se formó sólo había gente normal (monjas y laicos).

...

Por la tarde Benedicto fue a visitar una obra social (Nen Dèu) vinculada al Arzobispado de Barcelona. El Papa fue feliz saludando a niños y jóvenes con síndrome de Down. La locutora explicó que la intención de esta visita fue doble: recordar la obra social que hace la Iglesia española (siempre y especialmente en estos malos momentos) y apoyar a los padres que deciden seguir con el embarazo pese a haberse detectado enfermedades en el feto.

(No pude ver la despedida en el aeropuerto)

viernes, 5 de noviembre de 2010

Benedicto en España (I); casualidad

Este fin de semana Benedicto viene a España.

Mañana, sábado, estará en Santiago de Compostela, la maravillosa ciudad gallega, toda piedra, toda granito, toda lluvia. Como un peregrino más en este Año Santo, irá a la Catedral, rezará ante el sepulcro de Santiago y abrazará la imagen del Apostol. Por la tarde celebrará la Misa en la plaza del Obradoiro, con la fachada plateresca de la Catedral a sus espaldas. En plan cursi, diríamos que jamás ha habido mejor retablo para decir la Misa, salvo en la Capilla Sixtina.

(El Año Santo ha sido un gran éxito: el gobierno regional gallego, la Xunta, propuso al Arzobispo que pidiera una dispensa al Papa y que durara un año más, hasta diciembre de 2011; el Prelado no tuvo a bien tramitar la sandez)

El domingo estará en Barcelona, capital de Cataluña, una de las ciudades más bonitas y divertidas de España (después de Madrid, claro). Allí consagrará para el culto el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. La historia de este edificio es bonita. Antonio Gaudí, tras una juventud atea, se volvió un hombre religiosísimo, y dedicó años y años al diseño, la construcción y las imágenes del edifico. Cuando murió, atropellado por un tranvía, la obra quedó (más o menos) abandonada. Hace no muchos años volvió a ponerse en marcha, pese a que muchos (entre ellos, yo) entendían que era mejor dejarla como estaba, en su belleza incompleta. La última vez que estuve en Barcelona quedé horrorizado: el Portal de la Pasión parece decorado con imágenes de marcianos que hubieran invadido la ciudad, y por dentro semeja un museo del art-decó. Benedicto la inaugura sin estar acabada, faltan años de trabajo, si se cumple el proyecto habría que hacer una monstruosa cúpula, más alta que las célebres torres de las portadas.

...

Ha querido la casualidad (o a lo mejor no hay tal, la diplomacia vaticana es astuta y el gobierno español analfabeto) que la visita comience el día en que celebramos (o, mejor dicho, deberíamos celebrar) la fiesta de los 498 mártires de la fe que fueron masacrados por los republicanos en la Guerra Civil (dos de ellos, en realidad, en la previa Revolución de Asturias): sacerdotes, monjes, monjas, laicos, desarmados, inocentes, que dieron su vida por Jesús. No son sino una pequeñísima parte de los miles y miles que acabaron igual. Frente a la propaganda del gobierno de Zapatero, que hace creer que la República fue muy-muy buena y los alzados contra ella muy-muy malos, está el testimonio callado de todos estos beatos. Si la Iglesia española no tuviera, no tuviéramos, tantos complejos, mañana habría una procesión en todas las parroquias de España, especialmente en la que hubo asesinatos.