viernes, 11 de marzo de 2011

Dependientas

La dependienta-jefa (¿o es la propietaria?) de la pastelería es española y mayor. Lleva el pelo muy arreglado y buenos collares, parece una clienta del barrio que jugara a ser dependienta. Si le digo que los pasteles del otro día fueron buenos sonríe durante dos milésimas de segundo y luego vuelve a mirar con desprecio.

La otra dependienta de la pastelería es española y joven, simpática y alegre, se siente afortunada por trabajar ahí. Si le digo que los pasteles del otro día fueron buenos sonríe mucho y dice "¿de verdad?", feliz como si los hubiera cocinado ella.

La dependienta-jefa (¿o es la propietaria?) de la tienda de arreglos de ropa es sudamericana y mayor. Siempre fue una mujer silenciosa hasta que un día, no sé porqué, rompió a hablar y hablar, 15 o 20 minutos hablando de la situación de España o de la sierra de Madrid o de los jóvenes. Ya no puedo ir allí cuando voy con prisa.

Las dependientas del supermercado son jóvenes, hasta hace poco eran todas sudamericanas pero, poco a poco, según avanza la crisis, van siendo sustituidas por españolas. Hay simpáticas y antipáticas, trabajadoras y vagas. Cuando una falta durante un tiempo te preocupas, te alegras cuando vuelve a su caja.

La dependienta del supermercado que me gusta es sudamericana y joven y ha ascendido, ahora es una de las jefas de nivel medio. Esto ha dulcificado su carácter, ya no te responde nunca con furia, pero le ha estropeado un poco el aspecto por tener que ir corriendo de un lado a otro.

(Ocurrió con ella una imagen como de película. Iba yo en el autobús y se detuvo antes de la parada, frente a un escaparate de una tienda de ropa cara del barrio. Me fijé y ahí dentro estaba ella, todavía sin el uniforme. Sacaba los vestidos de las perchas, los miraba con severidad, los volvía a poner en su sitio como si no le parecieran suficientemente buenos.

¿Engañaría a la propietaria de la tienda? ¿Le haría creer que es una estudiante mexicana rica en viaje de estudios por España?)

3 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Sacando un perfil rápido: es de aquellos a los que cuando los ascienden hacen compras algo más caras de las que hacían hasta ese momento.

Con todo respeto dicho (quien sabe sea más allegada tuya en el futuro).

AleMamá dijo...

También las/los hay que ni te miran, como si no quisieran vender....buena observación la tuya, como siempre.

Fernando dijo...

Ella no estaba ahí para comprar, Juan Ignacio, la tienda es realmente cara, ni aunque fuera la encargada del súper se lo podría permitir. Creo que era un juego, ¿quién de nosotros no ha entrado alguna vez en una tienda cara a mirar, fingiendo interés, sin intención de gastar? Creo que ese era su caso.

La señora de la pastelería impresiona, Alemamá, yo siempre rezo para que me toque la joven, la mayor impone.