miércoles, 23 de mayo de 2012

Evangelio

Me siento perdido en la inmensidad del Evangelio.

Vuelvo a empezar leyendo, sólo, el Sermón de la Montaña. Ahí está casi todo lo que vino después.

8 comentarios:

AleMamá dijo...

¿A qué TODO te refieres? ¿Que es como un resumen de la doctrina que desplegaría después?
Con ese sermón uno no alcanza a leer mucho; se queda pegado haciendo oración, ¿verdad?
Saludos, Fer

maria jesus dijo...

Los cuatro Evangelios, pero el de San Juan, para mi es especial

Juan Ignacio dijo...

Perdido como quien es chico en una casa enorme.
Pero a la larga uno debe sentirse también como "en casa". Si no...

Miriam dijo...

Hay sitios en los que perderse es encontrarse.


(me gusta la idea de volver a empezar por el S de la M. Casi que te copio, supongo no te importa)

Anónimo dijo...

Buenos días Fernando. Te entiendo bien, una breve exhoratación para que nos acompañe el Espíritu Santo antes de comenzar la santa lectura y nos lo explique todo es fundamental, tanto como lo es comenzar reconociendo que estamos desbordados y precisamos subir a la Montaña.Un abrazo.

Fernando dijo...

Así es, Alemamá.

A mí me supera un poco, María Jesús, veremos en unos años.

Así es, Juan Ignacio, pero a veces necesitas meterte en la habitación pequeña de la casa.

Siempre tan generosa en el juicio, Miriam.

Fíjate que no tuve en cuenta lo del Espíritu, NIP: soy un burro. Gracias, pues.

Anónimo dijo...

...y yo Fernando un Melón, a ver si en esta Solemnidad dominical nos sumergimos en el Fuego del autor y protagonista de la obra.Un abrazo.

Fernando dijo...

Así sea, NIP.