viernes, 10 de agosto de 2012

Oh Jerusalén. Concilio Vaticano (I)

Leo Oh Jerusalén, de Dominique Lapierre y Larry Collins, sobre la independencia de Israel. La Asamblea General de la ONU decidió que, al abandonar los británicos su mandato sobre Palestina en mayo de 1948, se creara no sólo un Estado árabe, sino dos, el segundo para los judíos. El libro narra -muy bien- la dura lucha que hubo los meses previos entre los árabes y los judíos por controlar la mayor parte del terreno, con la cruel indiferencia de los británicos, sólo preocupados de garantizar su salida. Tras la proclamación del Estado de Israel (que dudaron hasta el final en llamarle Sión) la lucha pasó a ser una guerra entre Estados, con Israel por un lado y los Estados árabes (Egipto, Líbano, Siria, Irak, Arabia Saudita y lo que entonces se llamaba Transjordania) por otro, centrados en la conquista de Jerusalén (que la decisión de la ONU exigía que fuera una ciudad internacional).

La tesis del libro es que los judíos eran listos, trabajadores y austeros y que los árabes eran tontos, vagos y vividores, y que por eso Israel acabó ganando la guerra a sus vecinos y -veinte años después- consiguiendo todo el control de Jerusalén.

...

Empiezo a leer las crónicas periodísticas que el sacerdote español José Luis Martín Descalzo mandó a un periódico español sobre el Concilio Vaticano II. Cuenta cómo el día de la sesión inaugural se cansó de la ceremonia y se fue a dar un paseo por el barrio romano vecino. Entró en trattorias, en tiendas, en estaciones, le dio pena ver cómo los romanos vivían al margen del acontecimiento, sin oírlo por radio ni verlo por la tele. Sintió que el pueblo de Dios se había alejado de la Iglesia, pero se alegró: el Concilio que ahora nacía iba a arreglar esto.

Qué ingenuo.

2 comentarios:

AleMamá dijo...

Sobre la creación del estado de Israel yo leí Éxodo. Ya no recuerdo los detalles. Creo que es hora de releer y de matizar pues mientras hemos vivido, visto y sufrido y tenemos una opinión más fundamentada.

Saludos, Fernando. ¿Ya has salido de vacaciones? mira que los almendros han florecido por este lado del mundo.

Fernando dijo...

Aún no, Alemamá, aún me quedan unos días para irme: sigo disfrutando del verano de Madrid, que es muy divertido.