lunes, 23 de febrero de 2015

El poder y la gloria

Leo con pasión "El poder y la gloria", de Graham Greene (1940). Narra la historia en los años 30 del siglo XX de un sacerdote católico mexicano que huye a pie durante años porque le quiere matar la policía.

La novela tiene fallos, los personajes no están siempre bien definidos, algunas situaciones son increíbles (como cuando da una Misa secreta, con los campesinos temerosos de que llegue la policía y les mate a todos, y se pone a lanzar una gran homilía). Pero el libro me fascinó: el sacerdote sigue adelante, no acepta lo que le impone la Ley (casarse y dejar de ser cura), admite que le van a acabar matando, pero no puede abandonar su vocación. Y esto lo hace no porque sea santo o porque tenga una vida ejemplar, pues es alcohólico ("páter whisky") y ha tenido una hija a la que abandonó en su huida: cuando vuelve a cruzarse con ella la niña es como un animal. Pese a todos sus fallos siente que no tiene elección, que ha de seguir con la vida a la que está llamado.

Poco antes de ser fusilado:

"Sentía tan sólo una desilusión inmensa por tener que ir a Dios con las manos vacías, ya que no había hecho nada en absoluto. En aquel momento le parecía que hubiera sido muy fácil ser santo. No hubiera hecho falta más que un poco de dominio sobre sí mismo y un poco de valor. Se sentía como quien ha perdido la felicidad por llegar unos segundos tarde al lugar de la cita. Ahora comprendía que sólo cuenta una cosa: ser santo".

5 comentarios:

Miriam dijo...

Me impresionó mucho la escena en la que va a comprar vino en el mercado negro, y van brindando.
Leí en algún sitio que se supone que el sacerdote se salva por realizar tres actos de caridad perfecta ( las veces que puede escapar, pero se ciñe a su vocación)

ojo humano dijo...

Leí alguna vez que "la lectura es parte de la hermosura".
Creo que leer es un gran ejercicio.
Felicidades...que siga...

Luisa dijo...

Desconozco el libro, aunque coincido en la afirmación de la santidad.

Besos, muchos.

ALMA dijo...

Me encanta tus comentarios literarios, aunque en este caso puntual el libro de Greene no fue de mi agrado.

Fernando dijo...

Yo creo que se salvó por su sincera contricción, Miriam, como se ve cuando intenta confesarse con el cura casado, sin lograrlo.

Gracias, Ojo Humano.

Gracias, Luisa.

Siento que no te gustara, Alma, quizá si lo leyeras de nuevo verías cosas nuevas, no sé.