lunes, 31 de agosto de 2015

San Petersburgo

Ciudad amiga de los turistas: se han molestado en añadir en todas las calles y en todas las estaciones de Metro su nombre en caracteres latinos junto a los cirílicos.

Vimos que sobre las puertas de las casas había un tejadito y supusimos que era por la nieve. Pero la pintura de las fachadas y los adornos se caen a trozos, se trata de evitar que te mate un cascote cuando sales o entras en tu casa.

Fuimos a varias iglesias ortodoxas, vimos sus ceremonias. Hay una parte de la iglesia, equivalente al presbiterio de las católicas, que siempre está oculta para los fieles. Sólo en ciertos momentos de la Misa ortodoxa se corre la cortina o se abre la puerta que las tapa, los creyentes ven durante un rato la zona misteriosa que luego vuelve a ocultarse. En todas las iglesias hay gente encargada de ir por las imágenes con una bayeta, limpiando los miles de besos que dejan los fieles. Y en varias había cuadros del Zar Nicolás II con su esposa, sus cuatro hijas y su hijo, asesinados por los revolucionarios, con la orla de los santos: la Iglesia Ortodoxa los ha declarado santos.

Culto  a la personalidad del Presidente Putin: camisas, tazas, cuadros, libros, figuritas, cazando, haciendo judo, con gafas de sol, con el pecho al aire. Una chica del autobús llevaba un reloj de pulsera cuya esfera era Putin.